El volumen de residuos que generamos es realmente alto. La actividad de valorización residuos está amparada por la Unión Europea, el Estado español y las Comunidades Autónomas. 

Hay algunos residuos que pueden ser reciclados, los que son fácilmente recuperables. Hay otros que no se pueden separar fácilmente o su recuperación es más compleja y se llevan a un vertedero controlado y luego los restantes se gestionan para conseguir beneficios de ellos, es lo que se llama valorización de residuos.

En definitiva es el punto medio entre el reciclado y la eliminación de residuos en la jerarquía de la gestión de residuos.

Este hecho depende, en gran parte, al entorno medioambiental más cercano al centro productor de residuos, no todas las localidades tienen escombreras, plantas de segregación o clasificación de los diversos tipos de residuos en los que optimizar los residuos obtenidos.

La valorización no va unida directamente a la obtención de residuos pero si este valor radica en la 

posibilidad de transformación en una nueva materia prima, y ello en la mayoría de los casos supone gastos.

La manera más “poética” de valorización es cuando se aprovecha algo que íbamos a tirar y se transforma en un objeto con un uso diferente al original. Le hemos aportado un valor muy elevado ya que sin invertir dinero hemos obtenido dos usos de un mismo objeto.